Meditaciones de mi corazón.

Por: JULLY. | |

¡Qué hermoso es ir a predicar!
Recuerdo la sensación de felicidad qué dá hablar de mi amoroso padre a las personas.
Digo recuerdo porque hace un tiempo largo que no lo puedo hacer, no es que no quiera, sino que no puedo.
Cuando recuerdo en mis primeros años de perdicación , tenía que ir a trabajar lejos, ha otros pueblos, y llegaba muy tarde a mi casa, entonces no almorzaba o sea no comía al mediodia, entonces me daba una ducha y salía casi corriendo para llegar a las casas de donde se hacía la salida, y siempre quería apoyar a todas, qué satisfacción cuando regresaba, mi corazón rebosaba de alegría, ¡ cuantós estudios tuve, ( muchos)a veces a un barrio alejado llamado 26 de Enero, (tenía ese nombre en recuerdo a un terremoto que hubo) en plena siesta, con un sol de esos que resecan la tierra ( y la piel) pero que al pasar los años una vé que tuvo su recompensa porque de allí se bautizó la señora, después su hija , se fueron a vivir al final del mapa a Tierra del Fuego, y allí con el tiempo lo hicieron sus otros hijos. Cada vez que viajaba a Mendoza me venía a ver , ella decía :-Quiero ver a mi maestra, qué alegrías.
Fueron muchas las personas a las que ayudé a llegar al bautizmo, pero como cambian los tiempos. Cuando llegué a España, la gente es más reacia a recibir el mensaje, un poco más y te cierran la puesta en la cara, pero como siempre decimos, se lo hacen al mensaje no a nosotros.
Nunca he podido tener un estudio que progrese, pero me conformaba con salir , tener algunas rutas de revistas y una que otra revisita, pero siempre pensando que con solo salir y hacer lo que Jehová nos dice ya me sentía feliz, no hemos nacido con la necesidad de salir , pero nuestra conciencia nos lo pedía, pero como cambian los tiempos.
Ahora ni eso, ya no puedo salir, me tengo que conformar con hacer cartas, o llamar por teléfono, que todavía no he visto ningun resultado y es bastante poco porque son muy pocos los no en casa que me traen. Es por eso que digo : La meditación de mi corazón es: ¿ hasta cuando estaré así, inmovilizada,? a veces pienso que el diablo estará contento.